La diferencia entre un equipo y otro, es que La Ribera pegó en el momento justo

TRAS LA NUEVA DERROTA DE BELGRANO DE ESQUEL
(Por Carlos “el Chavo” Ortiz, desde la Villa Deportiva de Gaiman).
– Belgrano de Esquel perdió ante Defensores de la Ribera por 2 a 0, en uno de esos encuentros que uno podría denominar como “ganables”, pero entre varias diferencias que hay entre un elenco y otro, se podría aseverar que La Ribera contó con el “Chacarero” Pérez y que encima pegó en los momentos justos, en un partido que estaba cerrado en el marcador y cerrado en el trámite del juego.


Es cierto que Belgrano jugó mejor, sí lo comparamos con la pobre actuación que tuvo en Rawson ante Germinal; pero también es muy cierto que el equipo “xeneize” toca “lindo el balón” en la mitad de cancha, pero con este volumen de juego no es capaz (al menos pasó esto el sábado) de dejar cara a cara a un delantero frente al arquero rival.
Además Belgrano tuvo la desgracia que en los primeros minutos ya esté perdiendo por uno a cero. Cuando el partido se desarrollaba en la fase de estudio (como en el boxeo) y cuando Defensores de La Ribera no había llegado hasta el área de Gruccio, el “Chacarero” Pérez combinó por la izquierda con Matías Jones; entraron al área en bases a toques y cuando la defensa se cerró para ese costado (la izquierda, si lo observamos desde el ataque), el cambio de frente fue preciso y punzante para la entrada solitaria de Fernando Merlo quien, a los 7 minutos de la etapa inicial, no tuvo más que doblegar a un indefenso Gonzalo Gruccio, que nada pudo hacer.
Hasta ese momento, no había pasado nada en ninguna de las áreas y Belgrano ya recibía el primer cimbronazo del partido. Con este panorama, al conjunto visitante no le quedó otra que “copar” el medio campo y progresar en el ataque. Hizo lo primero bien, de a ratos muy bien; pero la pelota nunca le llegó limpia y redonda a los atacantes y por eso fue improductivo el trabajo y el sacrificio de Carballido o la velocidad de Nico Tejeda.
Aunque el fútbol es un juego demasiado simple, Belgrano utiliza un sistema medio complicado tanto en defensa como en ataque que tal vez lleve su tiempo para ejecutarlo a la perfección, pero con los intérpretes que hoy por hoy tiene es difícil que en lo inmediato eso suceda. Para colmo ya terminó la primera rueda y los equipos de Rawson aparecen cada vez más lejos en la tabla de posiciones.
Aunque uno lo escucha a “Cachi” Viegas decir que “Belgrano va a clasificar” la realidad indica que el equipo no juega bien, no tiene peso ofensivo, se equivoca en defensa y en esto las matemáticas son exactas: un empate en cero, dos derrotas, sin tantos a favor y con siete goles en contra. Demasiado para darlo vuelta tan pronto.

¿QUÉ ES LO QUE HIZO BELGRANO?

Por lo pronto tener el balón en el medio. Es cierto que La Ribera no presionó en el medio como sí lo hizo Germinal en el partido anterior. Pero Belgrano fue, en algunos momentos del encuentro, el dueño del balón.
Paradito Viegas en la mitad de la cancha (donde alternaba buenas y malas), el inicio en eso del volumen de juego pasó por Gustavo Guarda, quien las pidió todas, pero el error que comete es que sus pases son muy lateralizados y no es capaz de poner un toque en profundidad, usando la diagonal como sí muchas veces lo hizo José Luís Crespo para con sus atacantes (es increíble como lo extraña Belgrano).
Por la derecha en el medio de la cancha se movió Diego Austin, hasta que sorpresivamente su físico le dijo basta cuando no se habían cumplido 40 minutos de la primera etapa.
Por la izquierda se movió Fabián Urriche y entre ellos, junto con Guarda, intentaron darle un destino seguro al balón, pero le faltó profundidad, sorpresa, cambio de frente.
Todo era muy anunciado y La Ribera no tuvo inconvenientes de defender bien y de tratar de salir de contragolpe. Claro que sin presionar o sin ahogar al rival.
La Ribera es un equipo de otro nivel. O mejor dicho, La Ribera tiene un jugador de otro nivel. Daniel “el Chacarero” Pérez, quien se movió por la izquierda en los primeros 45 minutos por el lado de Alín Lorenzi (Alín sin la velocidad de otros partidos) y luego se recostó sobre la derecha en la parte complementaria (por encima de Agustín Garín), dejando a Guiñazú sobre el sector izquierdo.

VESTUARIO, SAQUE Y GOL

Es cierto que a la suerte hay que ayudarla. Pero también es cierto que las desconcentraciones se pagan caros. El segundo gol de La Ribera es un gol de inmensa factura, luego de una bella definición del “Cacharero” Pérez, pero también es cierto que el mismo “Cacharero” le apuró a un defensa de Belgrano donde le robó el balón muy cerca del área.
No se habían cumplido tres minutos de la etapa complementaria y La Ribera sacaba dos goles de ventaja, marcando una diferencia (en los goles) tan amplia para este Belgrano tan pobre en capacidad ofensiva (también se extraña y mucho a Matías Willhuber).
Aunque el elenco de Esquel tuvo el control de balón, no fue capaz de hacer revolcar al arquero Méndez para convertirlo en figura. De la misma manera en que sí La Ribera hizo lo propio con Gruccio, quien dejó la vida en cinco oportunidades para mantener un resultado en contra por demás decoroso.
Salvo un furibundo disparo de Juan Yañez, donde el arquero manoteó por encima del travesaño, el elenco de Esquel prácticamente no inquietó al portero Méndez de Defensores de La Ribera, dejando la sensación en Gaiman que Belgrano perdió un partido, que visto por el rival era un “encuentro ganable”.

ENTRÁ PIBE… Y JUGÁ
Un momento muy emotivo fue el ingreso del juvenil Cristian Segundo en el equipo de Belgrano de Esquel. Con tan sólo 15 años, Segundo hizo su debut en un Torneo del Interior y no desentonó para nada. Reemplazó a Diego Austin (desgarrado en una de sus piernas), quien también hizo sus primeras armas en esto del fútbol grande a nivel provincial.
Cuando todos, quienes estábamos en Gaiman, pensábamos que por Austin ingresaría Marcelo Recalde, “Cachi” Viegas se la jugó por el pibe y vaya que acertó.

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