Homenaje a dos grandes - Emotiva carta

(Esquel. Martes 24 de junio de 2008).

Querido “Negro” y Osvaldo
Que lindo y que satisfacción es escribirles a dos personas que tanto hicieron por el club Deportivo Salesiano.A principio de la década del 70, un grupo de jóvenes encabezados por un hombre sencillo, ordenado, con una honestidad extraordinaria, tomaron la posta para crear el glorioso club.
Nos referimos al señor Osvaldo Pérez, primero y único presidente, donde su principal virtud fue buscar jóvenes que lo acompañaran a construir los cimientos de este proyecto que consistía en ayudar a un grupo de padres que habían empezado con el piso y estructura de un gimnasio que sirviera como salón cultural, deportivo, entre otros usos.
Y a partir de este momento empezaron a pegar ladrillo sobre ladrillo, organizando algún torneo de fútbol de salón, voley, cesto, siendo el 90% torneos de básquet, y así con el esfuerzo de quienes se comprometieron, el club comenzó a ser cada día más real.
En cada uno de los estos encuentros dejaba su investidura de presidente del club, para integrar las innumerables mesas de control de cada torneo realizado.El gran Osvaldo, apasionado por el básquet, tomó un nuevo desafío: crear la escuelita de básquet. Quizás fue uno de los retos más riesgoso e importante de la institución no sólo por lo que implicaba a nivel económico, sino por los resultados que traería a futuro.
El riesgo lo corrió y decidió traer un profe bahiense alías “el negro”, Néstor Santomássimo, parecía un caballero inglés al verlo parado en el centro de la cancha explicándonos y dándonos sus primeras enseñanzas sobre tan apasionante deporte como es el básquet.
Ya desde sus inicios nos daba confianza, perseverante en todos los entrenamientos, ni la lluvia, ni la nieve eran impedimentos para lograr sus objetivos; siempre acompañados por un grupo de niños que fueron aprendiendo y día a día formándonos como jugadores del glorioso Salesiano.Al año de trabajo, comenzaron las exhibiciones, viajes a El Bolsón. Algunos no sabíamos salir a la esquina de nuestros hogares… ya se veían los primeros frutos de estas dos personas.El “negro año a año, se fue convirtiendo más que un entrenador… en un padre para todos nosotros. Deseábamos compartir con él todos los cumpleaños, tal es el aprecio que le teníamos que una vez un pequeño desafió su propio conocimiento y le midió los pies con los dedos de su manito para regalarle un par de zapatos en ese día tan especial y acertó con el número exacto para la medida del calzado.En las charlas técnicas tenía muchas cosas que nos divertían, explicaciones simples, algunas de las cuales las tomábamos con doble sentido, por ejemplo un día nos encerró en un aula y nos dijo: “ustedes tienen que pensar bien lo que hacen dentro del campo de juego; un jugador debe pasar la pelota e irse sin pelotas, nos mirábamos y surgió un ja ja ja generalizado” y así miles de anécdotas que podríamos enumerar.
Gracias a tener una buena ambición, Salesiano en menos de tres años fue campeón de todo y con todas las categorías que tenían. “Salesiano imparable” clubes con experiencia y tradición no podían creer que pibes ganaran campeonatos de primera división.
En un día para otro nos quedamos sin asociación de básquet y estuvimos cinco años sin jugar un torneo oficial pero siempre bien contenidos por esas buenas personas, uno de ellos que nos administraba y el otro que nos entrenaba.
En 1985 se forma una nueva asociación con el objetivo de participar en los provinciales y quizás esos fueron los días más difíciles para nuestros queridos homenajeados, uno por no integrar la comisión y el otro por no haber sido el técnico de las selecciones campeonas de cadetes mayores en el 85 y seguidamente la de menores en el 86, con una particularidad y común denominador de estas, el 90% de los integrantes eran de los frutos del Club Salesiano.
En estas situaciones es donde se ven los hombres de bien, que saben bancarse los malos momentos y en vez de criticar aunaron fuerzas para que Esquel tuviera cumplido sus anhelados proyectos. Quizás hoy muchas personas no valores los esfuerzos de personas tan dedicadas como son ustedes, pero nuestro deber es decirles de todo corazón “muchísimas gracias” y que las semillas que supieron sembrar en aquellos tiempo hoy se ven reflejadas en grandes jugadores de la Liga Patagónica.
Sepan disculparnos si no nombramos a nadie de los que también colaboraron y que nos apoyaron en todo momento, para ellos también va el agradecimiento. Si vamos a nombrar a Sara y a Ana, quienes fueron y son sus eternas compañeras.
Para terminar, a vos Osvaldo, gran administrador de un sueño común de todos nosotros y a vos negro, técnico, utilero, entre otras cosas, les vamos a pedir que se den las manos y escuchen (lean en este caso): el Salesiano dejó de ser un club desde el preciso instante que ustedes se fueron pero quédense tranquilos que quizás sin que se dieran cuenta, hoy esos pibes que empezaron en una escuela de básquet se convirtieron en hombres de bien. Si quedaron cosas por terminar, eso no importa, para nosotros el objetivo se cumplió. Los ladrilloso que pusieron están muy firmes y hoy esa importantísima obra continúa en manos de Román y Julio que seguirán educando a los niños de su escuelita, sin dejar de recordarles las raíces de esta institución.Negro y Osvaldo… mil gracias, un abrazo y hasta siempre.
Los dinosaurios (enviado por Lid Casatti)

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