Los chicos de la Cordillera nos dejaron un mensaje que no podemos ignorar

EL EQUIPO DEL VALLE SE CORONÓ CAMPEÓN PROVINCIAL SUB 17


El Seleccionado del Valle del Chubut consiguió ayer el título Provincial de Fútbol de la categoría Sub 17 al igualar en un tanto por bando frente al representativo de la Cordillera. El conjunto a cargo de Jesús Torregrosa dejó una imagen que quedará marcada para siempre. Un yerro defensivo le dio la ventaja inicial al elenco valletano, pero al inicio de la segunda etapa Jorge Millamán consiguió el empate definitivo. El encuentro fue por demás emotivo, donde las figuras de la cancha terminaron siendo los dos arqueros: Juan Currumil y Lucas Alvarado.


(Ciudad de Esquel, lunes 5 de octubre de 2009). - Lagrimas en los ojos que demostraron la desazón por el título perdido. La bronca por la equivocación en el gol de ellos y además por las posibilidades perdidas en la etapa complementaria.
Pero así es el fútbol. Donde hay que saber perder (aunque el de ayer fue un empate) para luego poder ganar. Pero cada uno de los jugadores y cuerpo técnico incluido del seleccionado cordillerano deberán estar con la conciencia tranquila, porque hicieron todo lo que estuvo alcance de su mano. Pero es cierto, la desazón es grande y las lágrimas fueron por demás continuas.
El seleccionado valletano de Fútbol empató ayer en un tanto por bando ante nuestro representativo de la Liga del Oeste y tras la victoria del sábado que los valletanos consiguieron ante Comodoro Rivadavia (por la mínima diferencia) el puntaje alcanzado por ellos fue el ideal para dar la vuelta olímpica y lograr de esta manera el pasaje al Torneo Patagónico de la categoría, torneo que tendrá lugar en la ciudad pampeana de Santa Rosa.
Pero hay algo que estos chicos deberán saber. Dejaron todo en la cancha, estuvieron a la altura de la circunstancia y además le demostraron a los grandes (más que nada a los dirigentes) que con trabajo, constancia y sobre todo con dedicación se pueden lograr cosas más que importantes.
Ayer se terminó un capítulo en la historia de este equipo que estuvo a cargo de Jesús Torregrosa, pero sin dudas que la leyenda continuará. Los pibes piden a gritos organización, capacidad en los dirigentes y sobre todo un mayor compromiso. Sin un torneo estable en esta parte de la provincia, lo bueno que se hizo fue demasiado y sobre todo admirable. Ellos, los jugadores, cumplieron su parte; ahora le toca a los grandes ponerse los pantalones largos y trabajar en serio, para estos chicos y para los que siguen.
El partido final fue demasiado emotivo y con una cantidad interminable de jugadas de gol. Es cierto que la Cordillera lo pudo haber perdido, donde el arquero Lucas Alvarado le puso el pecho a cuatro situaciones muy clara de gol; pero también es cierto que Juan Currumil fue más que importante para mantener el empate en un partido que tuvo de todo, por ejemplo emotividad.
Se cumplían 16 minutos de la etapa inicial y un yerro gigante entre un defensor y el arquero Alvarado (la única equivocación en todo el campeonato) le permitido a Sergio Moreno poner la cabeza y madrugarlos con un gol, inmerecido hasta ese momento pero justificado después, al menos hasta el final del primer tiempo.
El equipo cordillerano sintió el golpe del gol en contra, pero trató por todos los medios de apaciguar el chubasco. Los locales habían jugado bien, sobre todo en la presión en todos los sectores de la cancha, pero el gol en contra pegó feo y quedó el equipo cordillerano bastante aturdido.



ARRANQUE, GOL Y LA ESPERAZANZA QUE SE RENUEVA

El gol de Jorge Millamán, al inicio de la segunda etapa le dio vida al equipo cordillerano. A partir de allí el encuentro se hizo otro. Emotivo, de ida y vuelta con chances de gol para ambos equipos y en eso los arqueros tuvieron una activa participación.
Lucas Alvarado dejó la vida en cada jugada de contra y Currumil también se disfrazó de héroe, en tapadas que fueron fundamentales. Todavía nos queda en la retina, una jugada donde por tres veces consecutivas el arquero ahogó el grito de gol, pero también nos queda la imagen presente cuando Gastón López, solo frente al arco, se estrella él mismo (con pelota y todo) contra el poste izquierdo de un Currumil que solo atinó a rezar.
Los minutos pasaron y la emotividad fue creciendo. El equipo valletano sumó un empate con sabor a victoria, empate que le sirvió para la vuelta olímpica.
Pero lo importante pasó por este lado, por el mensaje que dejaron estos chicos que se merecen un fútbol mejor, sobre todo una organización que falta en esta zona de la provincia.

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