Diario de viaje: todo el mundo en un mismo lugar

Por Santiago Lucía, enviado especial de la Radio Pública a Sudafricana 2010.
(Publicado Viernes 4 de junio de 2010).


El mundial de fútbol tiene su micro mundo.
El de los medios de comunicación.
En el centro de prensa se concentran las empresas periodísticas más importantes del mundo.
Es una pequeña ciudad cosmopolita, donde se cruzan asiáticos, africanos, oceánicos, europeos y americanos.
Caminan y trabajan codo a codo, musulmanes, protestantes, católicos y judíos. Todos en un mismo espacio.
El Internacional Broadcasting Center está en las afueras de Johanesburgo, a quinientos metros del estadio principal y más impactante de Sudáfrica el Soccer City.
Los gigantes IBC y Soccer City aparecen en medio de las autpoistas recientemente acondicionadas para el mundial, pero en un área poco poblada donde no hay comercios ni viviendas.
El centro de prensa está pensado para ofrecer todas las facilidades para los trabajadores de los medios de comunicación.
Tiene un restaurant con cocina internacional y algunos platos regionales.
Se puede comer una pizza, no como las de la calle Corrientes, por 8 dólares.
Ensaladas francesas y tallarines italianos aparecen en los menú diarios; las gaseosas se compran por 3 dólares y un café cuesta 2,50 dólares.
También se puede comprar dentro de este predio, notebooks, teléfonos móviles y mp3.
Lógicamente, el merchandising oficial tiene su lugar en en este centro.
Aquí se puede adquirir la mascota Zukumi por 30 dólares, las cornetas, que por momentos debido a la cantidad que venden el ruido se torna insoportable, y los cobertores de espejos retrovisores para autos, que son la vedette de los productos.
En Johannesburgo es atípico ver un auto que no los tenga.
Los pasillos del IBC están bañandos de cultura sudafricana, con pinturas autóctonas, bustos y animales tallados en madera.
Hay un refinado gusto y una explosión de colores en todo el lugar.
Los partidos de la Copa del Mundo se podrán ver en el Cine que también tiene el centro de prensa.
Un reproductor de alta calidad y 200 butacas a disposición de las personas acreditadas. Además se usará como salón de conferencias.
El IBC puede servir también como un ejemplo para el resto del mundo, para que todas las razas, culturas y religiones puedan convivir de una vez y para siempre de la mejor manera.





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