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Psicología y Periodismo

CUANDO LA INFORMACIÓN PARA EL ANÁLISIS PERIODÍSTICO NO ES SUFICIENTE

Por el Lic. Marcelo Roffe (*). -
Sin lugar a dudas es el deporte un factor primordial de la sociedad. Tanto así que es utilizado, por ejemplo, por los gobiernos para mantener el pensamiento de sus integrantes desviado de temas que se refieran al quehacer político. La historia nos muestra miles de ejemplos en donde el deporte juega un papel fundamental y, como es lógico, el periodismo le presta una gran atención.
Por la popularidad del deporte, pero además por la gran cantidad de matices (sociológicos, psicológicos, políticos, etc.) que maneja.
Para un periodista deportivo es importantísimo reconocer esos distintos matices. No sólo debe conocer del juego en sí, sino también saber qué factores psicológicos hacen que un deportista actúe de tal o cual manera, dependiendo por ejemplo del deporte al cual se refiere (por ejemplo la diferencia entre deportistas de competencias individuales de competencias por equipos), de la idiosincrasia de cada deporte, etc.
Al igual que en el deporte en sí, la psicología deportiva no fue fácilmente recibida por el periodismo. Tan sólo debemos recordar las ideas de Dante Panzeri en su libro “Fútbol, dinámica de lo impensado”, lectura obligada para cualquier periodista deportivo que comience a andar esa profesión, en donde recalca que “el entrenador tiene que ser la única persona que forme parte de un cuerpo técnico. Los preparadores físicos y el resto de los integrantes del cuerpo técnico son inventos de personas que quieren ganar dinero con el fútbol”. Hoy en día es impensado que un deportista o que un equipo no tenga un preparador físico o un psicólogo, más allá de que aún está un poco la instalada la idea –sobre todo en deportes más populares como el fútbol- que el entrenador también cumple el rol de psicólogo.
Existen muchísimos ejemplos en el deporte que demuestran características psicológicas como determinantes en el resultado. El periodista debe conocer cuáles son ellas, para luego poder plasmarlas en su trabajo. ¿Cómo puede aseverar un periodista que un deportista no desarrolló correctamente su tarea sin conocer que no es lo mismo, por ejemplo, disputar un partido en su terreno de juego que en un campo rival? ¿Que no será el mismo enfrentamiento ante un colista en un ranking que ante alguien que lo está liderando?
Muchas veces esto juega en contra del jugador pero, dependiendo de la personalidad del deportista, hasta puede jugarle a favor.
Un claro ejemplo de buen manejo de la motivación de un grupo pero mal manejo periodístico lo podemos encontrar en la final de la Copa Libertadores disputada entre Boca Juniors y Palmeiras de Brasil en el año 2000.
El equipo dirigido por Carlos Bianchi había conseguido el título local y tenía la gran chance de coronarse campeón de América con lo que todo eso significa. En el partido de ida, jugado en Buenos Aires, el resultado final fue 2 a 2, lo que lógicamente beneficiaba al equipo brasileño, ya que la revancha se disputaría en Brasil. En la semana previa al segundo partido el entrenador de Palmeiras, el luego campeón mundial Luiz Scolari, declaró que su equipo ya era campeón y que el partido era “un trámite”. No sólo el entrenador realizó esas declaraciones, sino la prensa en general ya imaginaba al equipo brasileño triunfador, sin analizar por ejemplo la fortaleza anímica de los jugadores argentinos.
Seguramente la intención de Scolari era motivar a su equipo para que se sintiera superior a Boca Juniors, pero eso tal vez hizo que sus jugadores subestimaran a su rival.
Carlos Bianchi utilizó esas declaraciones para motivar a su equipo, ya que recortó las declaraciones aparecidas en los diarios y las críticas periodísticas en general y las pegó en el vestuario antes del partido. Lógicamente eso despertó “bronca” en sus jugadores, quienes salieron a jugar en busca de “venganza”. Boca logró empatar y luego ganó por penales.
Pero no es necesario retrotraerse en demasía en el tiempo para encontrar algún otro ejemplo que demuestre no sólo la importancia de la psicología en los deportistas, sino también cómo muchas veces el periodismo y el entorno pueden influir sobre ellos.
La referencia se centra en el triangular que se debió disputar para definir el torneo argentino de fútbol de Primera División de Argentina. Tigre, San Lorenzo y Boca fueron los contrincantes que se enfrentaron en una definición sin dudas de mucha presión psicológica. Tigre, envalentonado por ser un equipo de los de menor convocatoria e historia; Boca, con todos sus pergaminos y su experiencia en este tipo de competencias; y San Lorenzo, con un plantel muy aplomado pero con la presión de habérsele escapado en algún momento la punta de las posiciones de la que disfrutaba con comodidad. El equipo xeneize era tildado como favorecido por la organización (no es momento de análisis si esa acusación es correcta).
Infinidad de notas se publicaron en los distintos medios indicando que los árbitros lo favorecían, como también se benefició al sortearse el fixture del mini-torneo. Para colmo, una floja actuación de Saúl Laverni, árbitro del cotejo entre San Lorenzo y Tigre que perjudicó al primero, influyó psicológicamente en sospechas de sus jugadores. Mentalmente, el jugador azulgrana asumía que “todos” estaban en contra de ellos.
Por otra parte, también los medios pronosticaban que
San Lorenzo prácticamente era campeón. Sólo debía vencer a Boca para lograr el éxito. Pero claro, los partidos hay que jugarlos. Boca se imponía por 2 a 1, resultado que le dejaba alguna “chance de campeonar” a San Lorenzo, dependiendo del resultado del último encuentro entre Boca y Tigre.
Pero los jugadores de San Lorenzo, presionados, comenzaron a pegarle a sus rivales, terminando con nueve jugadores en el campo. Boca Juniors consiguió el tercer gol, lo que eliminó cualquier chance de ser campeón.
Gonzalo Bergessio, jugador del perdedor, abandonó el campo de juego por haber sido expulsado, haciendo señas como dando a entender que el árbitro del partido había sido sobornado. Otro caso en donde la presión psicológica influyó sobre un plantel.
En tiempos tan sensacionalistas en los que muchas veces la dualidad sólo se centra en ganar o perder, sin otro resultado posible, es indisimulable la necesidad de analizar los distintos factores psicológicos que influyen en el deporte, para poder realizar una crítica verdadera e idónea.

(*) Lic. Marcelo Roffé
Psicólogo Deportólogo y Clínico
Responsable del Área Psicológica de las Selecciones Juveniles de Fútbol (AFA)

El Básquetbol en la búsqueda de su esplendor

En un tiempo, además de las mesas de truco interminables, la rueda de mate y la radio para escuchar los partidos; una buena alternativa eran los juegos de mesa. El Estanciero, el Bucanero, junto a los tradicionales Ludo y Oca, acompañaban a las familias y a los grupos de amigos, las tardes o las noches que se prestaban para ello. El Scrabel y el TEG, más cercanos en el tiempo, irrumpieron como novedad a fines de los setenta, junto a decenas más entre los que se destacaban los Juegos de preguntas encabezados por el Carrera de Mente en todas las categorías. Hermosos “pasatiempos” que servían para divertirse, pensar y aprender; que aún existen en formas cada vez más sofisticadas y completas y que no estoy seguro que se practiquen con la asiduidad conveniente al ejercicio de materia gris.

En la semblante vida deportiva esquelense, el fútbol reina en toda época del año, donde se hizo lugar al basquet, y bien ganado tuvieron sus lugares en la zona el vóley y el handball. Como las trascendentales y nobles carreras de un tal Carlos “Cachano” Barría o las bravas competencias de Germán “Loly” Roberts donde ambos recorrían el mundo con la bandera esquelense, elevada bien arriba. Y los muchos deportistas que se han destacado en otras disciplinas que no se alcanzan a mencionar por cuestiones de espacio.

Pero la diligencia deportiva que supo brillar en diferentes instancias y nivel a partir de los noventa fue el basquet. Aunque por años anteriores siempre fue aficionada su presencia.

Dicha actividad en una región como está; sumamente amateur en donde batallaban los jóvenes esquelenses en provinciales de diferentes categorías con ciudades como Comodoro Rivadavia, Trelew y Pto. Madryn donde se percibía en esos lugares un basquet distinto.

Donde en nuestra zona, Asiduamente trabajaban Néstor Santomasimo por Salesiano, Fernando Veuthey, Rubén Fernández y Horacio Del Blanco por Independiente Deportivo, Daniel Esteban, Omar Mohuana y Jorge Fernández por San Martín y Daniel “Ruso” Kees por Sociedad Italiana. Entre algunos de los clubes de la zona. Profesores que les brindaban a los chicos la oportunidad de formarse como personas, jugadores, monitores, dirigentes etc. Recorriendo diferentes ciudades del país y con el apoyo de dirigentes de verdad como Antolín Mayor, como presidente de la Asociación Local en su momento, Como Mario Rossi, Tomas Drach, Leandro “Pupe” Wengier entre otros. Brindaban el apoyo que necesitaba todo profesor, para desarrollar y enseñar el basquet.

Excepto lapsos de profesionalismo fue San Martín quien lidio, lucho, hasta peleo en la liga “B” allá por los 90 con el recordado Eduardo Bermúdez primero y Ernesto “Tito” Santini y una escuadra de jóvenes esquelenses que supo hacer amistad dentro y fuera de la cancha con refuerzos de jerarquía, jugaron cada partido como si fuera él último. Hasta que la competencia de costo elevado hizo desertar hasta los más históricos y tambalear a los más poderosos de la categoría. Y esa institución fue por una y otra vez por el ascenso, a la “B” nuevamente y se les escurrió como agua entre las manos en esas recientes finales de Liga Patagónicas. Manteniendo en cada contienda basquetbolística una cantidad considerable de espectadores y llegar a manifestarse “no entra un alma” o “es un lleno total”

Después de esos momentos que perduraran en la memoria uno piensa y dice: ¿Y ahora? ¿Cómo mantener una actividad sin grandes competencias? ¿Qué hacer para que los jóvenes y no tan jóvenes participen del basquet? ¿Cómo generar ese ámbito que supimos disfrutar como espectadores o jugadores en su momento? ¿Quienes son los encargados de dichas responsabilidades? ¿Qué hacer para mejorar lo que tenemos y no conformarnos con lo que tenemos?

Lindo sería volver a esos lapsos de tiempo cuando la Asociación Cordillerana de Basquet iniciaba los Campeonatos Comerciales de Basquetbol en sus diferentes categorías y durante todo el año.

Donde se encontraban torneo tras torneo comercios como El Mesón donde jugaba el recordado Omar Soto, Marcos Carosso, Walter Torres, Pablo Horizny, Gustavo Santos, Daniel Kees, entre otros. Calzados Anelen que era integrado por “Paco” Masardi, Gastón Colinecul, Gustavo Álvarez, Lid Casatti, Rodolfo Gortari, Federico Collazo. En Leandro Sport salían a la cancha Rodolfo Carosso, Marcelo Fosbery, Daniel Almendra, Diego Álvarez, Julio Camba, Walter Oszust, Sebastián Borchuk entre otros. Casa Beatove lo integraba Leandro Soriano, José Camba, Gustavo Elosegui, Omar Beatove, Rubén Gortari entre otros. Niyul Witran con Facundo Torrea, Hugo Herrera, Ricardo Painelaf, Javier Álvarez, Luis Cerneux, Diego Poblete, Darío Bujer Jorge Eyo Ricardo Malerba daba que hablar. Relojería “El Rubí” donde se destacaban Raúl Gortari, Rudy Murua, Gabriel Almendra, Eduardo Oyarzun, Alejandro Wengier, Agustín “Pacameta” García era una plantilla de buen gusto. También había encuentros de comercios en categorías menores como Pizzería “Don Pipo” que era integrado por Haroldo Ritson, Luciano Ponce, Mauricio Capart, Martin Oriola. Paola Perfumería donde jugaba Carlos Candia, Luis D´ambrosio, Claudio Mamani, Pablo Batz. Banco del Sud donde jugaba Gustavo Malimacci, Federico Odriozola, Luis Batz, Agustín Vocos por nombrar algunos

Estos comercios jugaban el torneo comercial “Amistad II” donde transcurría el año 90.

En otro de los tantos comerciales jugaban Relojería El Rubí era mejorado por Rubén Gortari, Roberto Garín, Marcos Carosso, Sebastián Borchuk y Luis Cerneux – convirtiendo 50 puntos- a Leandro Sport donde mostraban sus créditos Julio Campos, Germán Soules, Federico Collazo, Rodolfo Barroso, Andrés Ripa. Los que jugaban en el Hotel Vascongada eran “Colo” Gutiérrez, Gerardo Ritson, Víctor Montanares, Luciano Ponce, Pablo James entre otros. Costa Neumáticos quien era integrado por Carlos Candia, Pablo Serantes, Víctor Cerneux, Federico Odriozola, Paul Drach. Calzados Anelen jugaba Diego Poblete, Walter Torres, Eduardo Oyarzun, Gastón Colinecul, Tomas Drach, Diego Álvarez. Por Agencia Sevel participaba José Ripa, Rodolfo Carosso, Pablo Gervasini, Raúl Gortari, Gabriel Almendra, Marcelo Fosbery por nombrar algunos.

Dichos comercios intervenían en el torneo comercial “Verano 91” en Esquel.
Y podríamos seguir nombrando numerosos equipos, comercios, nombres y apellidos y seguir enunciando torneos y permanecer en el recuerdo, cuando hoy en este nuevo milenio es difícil hacer las cosas solo y sacar conclusiones claras de un problema tan complejo y que data de tantos años, (problemas sociales de toda índole, carencia de asociación) lo mejor que podemos hacer es formar algo para los adolescentes, donde se sientan comprometidos y arraigados a una actividad que supo brindar alegrías en diferentes ámbitos. Ya sea en forma amateur, minibasquet y formativas; o profesional. Creo que si inculcamos una educación deportiva a los jóvenes y padres, si nos organizamos como asociación, realizando encuentros “comerciales”, partidos en diversas categorías, valorizando cada aprendizaje significativo sin magnificando las derrotas….

SERIA UN BUEN COMIENZO……
Profesor Darío Francisco Carosso
Entrenador Nacional de Basquet

La aplicación de la Psicología dentro del Deporte, una ciencia que gana adeptos

UN TEMA POR DEMÁS INCREIBLE: EL MIEDO A GANAR
(Ciudad de Esquel, lunes 25 de mayo de 2009).
Por el lapso de seis jornadas, la Licenciada en Psicología Huenú Mastronardi está trabajando con un grupo de entusiastas deportistas (veteranos ellos) desarrollando algunos aspectos de la Psicología aplicada al deporte. Dentro de estos trabajos aparece uno por demás interesante: el miedo a ganar (sí, leyó bien). Por ello es muy recomendable la lectura del siguiente artículo que hace referencia a los distintos miedos de los deportistas.

La presente nota aborda la manera en que el miedo al éxito sabotea a los deportistas en sus carreras deportivas en general y específicamente en los momentos importantes o decisivos para lograr sus objetivos y el éxito en su disciplina.

ES MUY FÁCIL MANTENER EL EQUILIBRIO
En el deporte hay una toda una serie de miedos. Miedos a perder, a lesionarse, a quedar mal; miedos que persiguen y que pueden incluso hasta atormentar al deportista. A esos miedos ya conocidos se le suma otro: el miedo al triunfo. Si, aunque muchos no puedan creerlo… ¡existe el miedo al éxito!
¿Por qué el miedo a ganar? Porque trae consigo toda una serie de cambios que muchas veces el deportista puede no estar dispuesto a sobrellevar. Estos cambios incluyen nuevas cargas, presiones y responsabilidades.
El éxito trae también consigo cambios sociales, en el entorno, con los amigos, en las relaciones con las mujeres, incluso con la familia y entrenadores. El éxito implica un nuevo status, por lo tanto mayor responsabilidad y seriedad en el trabajo, lo que ocasiona incremento de estrés para el atleta. La responsabilidad de volver a demostrar que es bueno o el mejor, teniendo a los demás tratando de vencerlo.
Muchas veces es más fácil permanecer en el mismo nivel para mantener la homeostasis (equilibrio) y quedarse en el lugar en que se encuentra para sentirse cómodo considerando que es el lugar que le corresponde, por costumbre. Esto tiene su explicación en raíces inconscientes, aunque también puede darse por aspectos más conscientes.

LOS QUE FRACASAN AL TRIUNFAR
El miedo a ganar es una situación compleja que se presenta una y otra vez en el deporte y en la vida. Freud ya hablaba de esto hace muchos años en un artículo llamado “Los que fracasan al triunfar”. Esta idea es discutida cuando se plantea, es resistida por el público en general, entrenadores y deportistas. Ellos dicen: “¿Cómo alguien puede tener miedo a ganar? ¡Tendrás miedo a perder, pero a ganar!”
Definición: “Nikefobia (succes phobia) significa literalmente miedo a la victoria, fenómeno por el cuál el atleta rinde más en los entrenamientos que en la competición; falta sistemáticamente a los eventos deportivos más importantes y falla cuando está a punto de conseguir una victoria casi segura.” (Tamorri, 2004).
Esta definición indica que el deportista (o equipos) fallan en los momentos importantes de definición, en las situaciones que tienen que demostrar y dar lo mejor de sí, caen, se equivocan, pierden, no rinden adecuadamente o no dan la talla para la situación.
A las personas en general, con algunas excepciones, les cuesta aceptar esta realidad, por eso se tratará de ahondar un poco en este tema que parece fascinante.
La existencia del miedo al éxito se ha observado en el deporte mundial y esto sucede desde las etapas formativas, hasta los más altos niveles competitivos. Cuando es el momento de demostrar todo lo que se tiene, la hora de la verdad, cuando debe ser su momento, el deportista se derrumba.
Desde nuestra óptica esto ya no tiene que ver sólo con cuestiones personales, sino por la idiosincrasia misma de países con poco desarrollo deportivo. El deportista de esos lugares, siempre observa “a lo de afuera” con admiración, pensando que eso es inalcanzable, sobrevalora lo de afuera y subvalora lo de adentro, lo de su país.
Hay problemas de autoestima y de identidades más profundos y arraigados en la sociedad en general, que van más allá del ámbito deportivo.
Este pensamiento está muy arraigado en la cultura, sociedad, e inconsciente colectivo de algunos países. En realidad hay un potencial muy rico en diversidad, razas y culturas, pero esto se ve como una debilidad cuando debería verse como una riqueza y potenciarse como una fortaleza. Hasta que ese lugareño no cambie esa forma de pensar y se convenza de sus capacidades no podrá desarrollar todo su potencial, y en esto se incluye al deporte.

ALGUNOS EJEMPLOS A TENER EN CUENTA
El interés sobre este tema y su investigación nace justamente por situaciones observadas una y otra vez en deportistas y equipos. A continuación daremos algunos ejemplos:
A) Un equipo de fútbol juvenil en una serie de dinámicas grupales, en donde se trabajan los miedos, refieren una y otra vez tener la sombra de derrotas en campeonatos anteriores, refiriendo que tienen “miedo a perder”. Ese miedo a perder que relatan es el miedo manifiesto, ese miedo manifiesto esconde un miedo latente que es justamente lo contrario, el miedo a ganar (se descubrió durante el trabajo). No quieren moverse del lugar en donde están, se sienten “cómodos” perdiendo, por lo menos es más cómodo que luchar por la victoria. Es lo que ellos esperan, es lo que los demás esperan... entonces para qué cambiar.
B) Un deportista individual profesional refiere que tiene miedo a perder, en realidad su miedo a perder, es lo contrario, el miedo que tiene de ganar porque traería toda una serie de cambios que no quiere asumir, como poner en riesgo la relación con la enamorada, alejarse de la familia, dejar la universidad, entre otros. Entonces, él mismo sabotea la victoria para quedarse donde está.
C) En un equipo de fútbol, que no puede sostener una victoria de 3 goles de diferencia, regresan los fantasmas: “Para qué ganar, que vendrá con ello, que cosas cambiarán. NO... mejor no... qué estamos haciendo, mejor nos quedamos en donde estamos, qué incertidumbre no saber que podrá venir o suceder. Mucha responsabilidad”. Ese sería un diálogo interno de inconsciente a inconsciente entre los miembros de un equipo que son una colectividad, en el fútbol hay muchos contagios en el equipo y el miedo también se contagia. No es fácil romper con una tradición de derrotas, porque esto implica desafiar la historia de los últimos años y las creencias mentales fuertemente arraigadas. Implica más profesionalismo, responsabilidad, esfuerzo y sacrificio. “No, mejor nos quedamos donde estamos... tranquilos”. Muchas veces el costo de ganar y las consecuencias de la victoria pueden ser tan grandes para un equipo o persona que simplemente prefiere quedarse donde está, es un balance de costo-beneficio. Hay que recalcar que esto no es necesariamente consciente
D) Deportistas que fracasan frecuentemente antes de llegar al éxito se caen sobre el final. No están dispuestos a ser los mejores. Les va bien siendo buenos, pero ser el mejor trae muchos cambios, por este motivo muchos talentos son grandes promesas pero nunca llegan a ser realidades. Se ha observado situaciones de este tipo en deportes como el tenis, atletismo, tabla hawaiana (surf), fútbol, voley, basket, golf, natación, optimist, remo, judo, boxeo, jiu jitsu brasilero y artes marciales mixtas.

NO ES FACIL LIDIAR CON EL ÉXITO

Miedo a perder: Si bien existe el miedo a perder, ya que trae la consecuente situación de tristeza, malestar psíquico y demás, es algo con lo que se aprende a vivir, hay incluso ganancias (ganancia secundaria). No es tan fácil lidiar con el éxito, esto trae muchas responsabilidades y consecuencias, que no todos están dispuestos a asumir. El miedo a perder, también existe, pero muchas veces se le confunde con lo contrario: el miedo a ganar. Claro que puede haber una situación real consciente de no querer perder o cometer un error, pero muchas veces en realidad esos miedos manifiestos esconden miedos latentes de no querer ganar. En estas situaciones hay que indagar e investigar para descubrir que es lo que en realidad sucede con el deportista.

¿POR QUÉ EL MIEDO A GANAR?
Al campeón todos le quieren ganar:

“Todos se lo quieren tumbar”, contra él todos van a dar su máximo esfuerzo, dan un poco más, lo que implica una mayor presión sobre él. La frase popular: “Fácil es llegar, lo difícil es mantenerse” indica que cuando se llega al éxito las responsabilidades crecen para lograr mantener el lugar alcanzado y esto implica un mayor esfuerzo que al conseguir el éxito por vez primera.

Mayor expectativa:
El ser campeón, trae consigo una mayor expectativa y mayor demanda de buenos resultados por parte de las demás personas en acontecimientos más complicadas y complejos. Pueden darse situaciones en las cuales la presión aumente y no se sepa manejar el nuevo status. No se tiene el tiempo adecuado para prepararse para los nuevos compromisos.

Es más cómodo quedarse en el mismo sitio:
Es más confortable quedarse donde se está, en la mediocridad, en el término medio, ya que esa inamovilidad brinda tranquilidad. Es lo conocido. Existe otro dicho popular pertinente aquí: “Más vale malo conocido que bueno por conocer”. El deportista ya sabe lo que es perder, conoce sus sensaciones, lo que sucede, y mal que bien sabe como reaccionar y manejarlo. Por el contrario, un resultado positivo será diferente: “¿Qué pasará? ¿Cómo reaccionaré? ¿Qué sentiré?... ¡Qué estrés! Mejor me quedo tranquilo donde estoy, acá me va bien”. En este dicho popular hay una directa referencia desde distintos ángulos al miedo a ganar, y esto está en el inconsciente colectivo de las personas que conforman esa sociedad.

Mayor dinero:
El dinero trae consigo una serie de consecuencias, ser personas más buscadas por amigos, desconocidos, mujeres, gente interesada por lo que se tiene y no por lo que se es. En términos generales, ser un blanco de agresiones (robos, asaltos, secuestros, estafas, engaños, etc.).

Mayores responsabilidades económicas:
Asumir mayores gastos en el hogar, al incrementar los ingresos, por lo general, las personas comienzan a consumir más y esto inevitablemente cambia el estilo de vida. En considerables casos, deportistas que vienen de situaciones económicas de pocos recursos, como en deportes como el fútbol o boxeo, tienen que hacerse cargo económicamente ya no sólo de la familia nuclear, sino de la familia extensa e incluso tener que darle apoyo económico a los amigos y al barrio. Se sabe que es difícil decirle que no a los amigos, nunca se quiere quedar mal con ellos y menos con la familia, que pueden llegar a aprovecharse de esto.

Gente interesada:
Implica que gente se acercará como un amigo, pero en realidad habrá intereses de por medio. Al deportista exitoso le costará distinguir quién es su amigo y quién no, quién realmente lo aprecia y tiene buenas intenciones. Gente menos afortunada se les acercará a pedirles y exigirles cosas, como dinero, préstamos o regalos.

Nuevo status:
El nuevo status se da a todo nivel: amistad, social, familiar, de pareja, etc. Se pone en una situación asimétrica y vertical con relación a los otros. Por ejemplo: el futbolista que se convierte en el jefe de familia, porque viene de una situación de pocos recursos, de pronto se convierte en el proveedor y todos dentro del hogar comienzan a tratarlo distinto, se convierte en la voz de mando. Luego comienzan las exigencias económicas y las consecuentes presiones que esto trae consigo.

El éxito es afrodisíaco:
Esto implica que tendrán mayores tentaciones con el sexo opuesto, desestabilizando su homeostasis y equilibrio emocional. Puede hacer tambalear su relación de pareja (esté casado o no) ocasionado que se le puedan “subir los humos” a la cabeza, que no pueda manejar las diversas situaciones que se le presentarán, sobre todo con tantos viajes, mujeres que los quieren por lo que representan o tienen y no por lo que son, o que quieren asegurarse un futuro económico a través de un hijo no deseado. Todo esto desequilibrará al atleta, y se sabe que lo que necesita el deportista para rendir bien es justamente tranquilidad. La intranquilidad en la vida personal traerá un pobre desempeño en la vida deportiva. Un futbolista me decía: “Yo se que soy feo, me miro al espejo y me veo feo, pero todas las chicas me dicen que soy lindo”.

Ego inflado:
Es muy fácil caer en la tentación de dejarse llevar por los halagos. El pecho se infla, junto con el ego. Para evitar esto la persona necesita compañías de mucha confianza y que se interesen en él como persona y no como producto de hacer dinero. Todos los deportistas tienen subidas y bajadas, mientras más arriba esté el ego más dolorosa y difícil de manejar será la caída. El atleta debe saber que habrá momentos buenos y malos, por lo que sería recomendable que la humildad sea un aspecto constante en su vida, para combatir esto es importante el apoyo y equilibrio que brinde la familia.

Menos tiempo con los seres queridos:
El éxito puede traer consigo el alejamiento de los seres más queridos. Vivir en otro país o viajar constantemente a entrenar y/o competir. Por ejemplo, en el fútbol se puede vivir en el exterior, en el tenis se tiene que viajar constantemente, irse a jugar a otro país, con otra cultura, otra realidad e incluso otro idioma.

Diferentes hábitos de vida:
Alejarse de los amigos, por tener un ritmo de vida diferente, un trabajo distinto, hábitos de sueño y alimenticios diferentes, trabajo fines de semana, etc. Es decir, dejar de lado un estilo de vida “normal” o convencional (socialmente hablando).

Marketing y auspicios:

Mayores compromisos con los medios, propagandas, declaraciones, entrevistas, fotos, etc. Esto traerá como consecuencia que no se pueda entrenar de la misma manera o que no pueda enfocarse adecuadamente. Mayores exigencias de la prensa, del público, así como mayores censuras y menor comprensión cuando se comentan errores tanto dentro como fuera del ámbito deportivo.

Fama:
El ser asediado por los medios, el tener que estar siempre sonriente, atento a las demandas de otros, el ser la noticia constante, tener a los medios encima buscando la primicia, en el mejor de los casos, y en el peor, el escándalo.

Soledad:
La soledad del que está arriba, el éxito puede traer consigo mucha soledad, ya que no hay otras personas con quién compartir esa experiencia ya que es algo raro y particular.

Envidia:
El éxito inevitablemente genera envidia en otros, lo que trae como consecuencia malos deseos hacia la persona y, obviamente, a nadie le gusta sentirse odiado, envidiado o que le deseen el mal.

Vacío:
Muchas veces al conseguirse una meta grande por la que se ha estado luchando buen tiempo la sensación no necesariamente es de felicidad sino de vacío. Se puede producir un sentimiento de tristeza, desorientación porque ya no se tiene el objetivo o la meta por la que se luchaba arduamente cada día, que lo estimulaba cada día a esforzarse cada vez más, lo que en sí mismo ya era satisfactorio.


BENEFICIOS DEL FRACASO:
Le ofrece al deportista quedarse donde está, sin mayores exabruptos y sobresaltos, brinda estabilidad.
El lesionarse es una forma de escapar del éxito cuando todas las expectativas están puestas en el deportista. Esta lesión se da por causas psicológicas y no físicas. Lesionándose se escapa de tanta presión y expectativa y así no queda mal con nadie. Es la excusa perfecta y es real. Es igual que cuando el estrés se incrementa aumentan las probabilidades de que ocurran enfermedades (se debilita el sistema inmunológico). De igual manera las lesiones tienen su origen en aspectos mentales, lesión real no psicológica, pero se origina por la mente, esto ya ha sido investigado. Es una excelente forma de escapar cuando el atleta siente que no le dejan salidas, ya lo hemos visto, no pocas veces.
El perder, también, trae consigo ganancias, lo que se conoce como ganancia secundaria, darle pena a otros, recibir cariño, ternura, protección, cuidado y afecto, convertirse en el “pobrecito”.
Por todo esto es que muchas veces el deportista gana más perdiendo que ganando, es como si hubieran dos fuerzas dentro de él; una que desea ganar y otra que quiere perder. Para mantenerse tranquilo resulta más fácil y cómodo quedarse donde se está en vez de ir en busca de algo nuevo. Buscar el éxito puede implicar mucho esfuerzo y sacrificio y el no conseguirlo y fracasar en el intento traería como consecuencia una pérdida emocional, dejar ir una pequeña parte de sí mismo que tal vez nunca se recupere, traería mucho dolor psíquico. Como consecuencia, para qué correr el riesgo, será mejor evitarlo.
Las fuerzas del inconsciente pueden jugarle una mala pasada al deportista, ya que concientemente puede querer ganar pero las fuerzas internas más profundas sabotearán esos deseos concientes por el éxito, es acá justamente donde hoy en día consideramos que la psicología deportiva tiene mucho que aportar. Es de suma importancia para combatir estas debilidades y permitirle al deportista dar todo de sí, sin temores que saboteen su rendimiento.

HAY QUE ANALIZAR MUCHAS COSAS

Hay que tomar en consideración que antes de plantear esta hipótesis hay que revisar y analizar otras posibles causas de malos resultados, no todo es miedo a ganar, como la estrategia, táctica, técnica, nivel del rival, unidad del grupo u otros aspectos psicológicas influyentes, entre otras. Nunca se debe caer en el error de “psicologizar” todo y buscar respuestas sólo en lo mental, de esto deben ser conscientes los psicólogos del deporte y personas cercanas al mismo.

¿Por qué es importante practicar deporte?

(Esquel. Domingo 6 de julio de 2008). - Para un buen desarrollo de la persona, es siempre importante practicar deporte. Favorece no sólo al aspecto físico, sino también al mental. Si se realiza al menos dos veces por semana una actividad física, la vida será mucho más sana y saludable.

Pero claro, hay cosas a las que hay que atender antes de realizar un deporte para no dañar el cuerpo de la persona que lo realice y también tener en cuenta esos aspectos o prinicipios aumentará el rendimiento de quien lo quiera practicar.

Algo que no podemos dejar pasar antes de realizar actividades físicas, es el calentamiento previo que debe hacerse. Además de aumentar mucho nuestro rendimiento, este precalentamiento disminuye el riesgo de lesiones o tirones musculares. ¿Para qué realizar este trabajo previo? Para que el corazón, circulación y respiración se adapten al ritmo de trabajo que pretendemos.

Para un buen calentamiento previo es necesario tomar en cuenta la intensidad, duración y contenidos. Cuando se hablamos de intensidad, nos referimos al ritmo de trabajo, que variará según la disciplina que practiquemos; la duración siempre tiene que rondar entre los 8 y los 15 minutos, también de acuerdo al deporte que hagamos; los contenidos son por ejemplo la elon
gación, la cual consiste en estirar sin dolor los músculos al menos 20 segundos y no más de 30.

Beneficios de la actividad deportiva
A nivel físico:
Elimina grasas y previene la obesidad.Previene enfermedades coronarias.Mejora la amplitud respiratoria y la eficacia de los músculos respiratorios.Disminuye la frecuencia cardiaca en reposo.Favorece el crecimiento.Mejora el desarrollo muscular.Combate la osteoporosis.Mejora el rendimiento físico en general, aumentando los niveles de fuerza, velocidad, resistencia, etc.Aumenta la capacidad vital.

A nivel psíquico:
Tiene efectos tranquilizantes y antidepresivos.Mejora los reflejos y la coordinación.Aporta sensación de bienestar.Elimina el estrés.Previene el insomnio y regula el sueño.

A nivel socioafectivo:
Estimula la iniciativa.Canaliza la agresividad.Favorece el autocontrol.Nos enseña a aceptar y superar las derrotas.Nos enseña a asumir responsabilidades y a aceptar las normas.Favorece y mejora la autoestima.


Los diez mandamientos del voley

(Esquel. Martes 24 de junio de 2008). - A través de la página www.saquedepotencia.com.ar tuvimos la posibilidad de obtener el siguiente artículo que esperamos sea de utilidad para los amantes del deporte a nivel general y del voley, a nivel particular.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS
En el mundo del Vóleibol hay ciertas reglas que se deben cumplir a la hora de jugar un partido. Se conocen, se saben, pero hasta ahora nadie las había escrito. Ernán Ozino, técnico de las inferiores de Ferro, se animó y declaró los diez mandamientos del vóley. Según él le dieron mucho resultado.
1. No se puede errar un saque después de un tiempo o un cambio.
2. No se puede errar un saque después de un ace, salvo que el entrenador diga que puede volver a arriesgar.
3. No se puede armar incorrectamente de golpe de manos altas una pelota estando a pie firme.
4. El armador o cualquier otro jugador nunca puede hacer punto en contra en el armado.
5. No se puede tirar una franela a la red o al bloqueo.
6. En un saque floting la pelota no puede tocar el piso sin que antes la haya tocado un jugador.
7. Cualquier atacante con bloqueo individual debe hacer punto a su favor.
8. Ningún jugador debe realizar dos errores seguidos en forma individual.
9. Ningún jugador debe errar después de un error rival.
10. Cuando no se puede hacer el punto a favor, no se puede realizar en contra.