Diario de viajero: "Yo fui testigo"

(Por Nicolás Alvarez, enviado especial de la Radio Pública a Sudafrica). - Alguna vez Carlos Bianchi dijo que Martín Palermo era el optimista del gol.
La sabiduría de un hombre para definir a un simple jugador de fútbol que bajó a la tierra con una gran virtud: marcar goles.
Estudiantes de la Plata, Boca Juniors y el fútbol español fueron testigos de sus innumerables hazañas con la red.
Pero también le toco bailar con la más fea: marró tres penales en una Copa América jugando para la Argentina, se rompió los ligamentos en dos oportunidades y se le cayo un cartel encima en España.
Amado, discutido, e idolatrado, pero respetado por propios y extraños.
Siempre piensa en positivo, porque en definitiva, es un optimista de la vida. Rompió todos los récords posibles.
Quebró el de Francisco Pancho Varallo primero, y el de Roberto Cherro después.
La Bombonera fue testigo presencial de esos goles, que tienen mística, orgullo, optimismo y tenacidad para conseguir los objetivos. Y para que el film soñado sea casi perfecto, le marca un gol agónico a Perú, el equipo de la Banda, para meter a la Argentina en este Mundial de Sudáfrica.
Tantas veces me mataron, tantas veces me morí y al final estoy aquí resucitando y marcando un gol en la Copa del Mundo para asegurarle a la Argentina, el pasaje a los octavos de final.
Como otrora lo hiciera Caniggia, Martín Palermo se transformó en el jugador del pueblo.
Yo fui testigo de sus goles en la Bombonera y en el mundo.
Lo contará internet, twitter y la televisión. Este gol a Grecia, con su familia presente en Polokwane, es el penúltimo capitulo de la película, porque Martín promete uno mas, tal vez con un gol suyo en la final y ganando el Mundial. Pero no hay felicidad máxima que contar la historia desde el lugar de los hechos.
Algún día podre contarle a mis amigos del barrio que "yo fui testigo" de un jugador milagroso, cuyo único objetivo fue marcar goles.

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